domingo, 23 de noviembre de 2008

SPOT EN LA NIEVE (DETRAS DE ESCENA)











Grabando un spot en la nieve para la banda de mi amigo, el polémico Max Apa, un hombre que asegura que se puede tocar la bateria con aire acondicionado.




FOTOS DETRAS DE ESCENA PARTE 4










FOTOS DETRAS DE ESCENA PARTE 3
















Tercera parte del backstage de Obsesion Anal, primer film porno de Tony Panero.










jueves, 20 de noviembre de 2008

FOTOS DETRAS DE ESCENA PARTE 2














MÁS FOTOS DEL RODAJE DE OBSESION ANAL, MATERIAL INEDITO!!!!!!!





miércoles, 19 de noviembre de 2008

FOTOS DETRÁS DE ESCENA
















ALGUNAS FOTOS DEL BACKSTAGE DE OBSESION ANAL.





martes, 4 de noviembre de 2008

PORNO DE AUTOR

Cesar Jones - Porno con sello propio.

Miguel Peirotti De nuestra Redacción mipeirotti@lavozdelinterior.com.ar


Las catacumbas del gusto es el lugar donde las personas se reúnen en sus sueños a meditar por qué eligen los senderos que eligen. En esos parajes de quimeras, alucinaciones y pesadillas extrasensoriales que a David Lynch tan buena terapia le resultan habita un excéntrico espécimen de cine argentino llamado César Jones. César Jones hace pornografía. Pero el sexo condicionado de las películas que factura desde su factoría en Buenos Aires no está, paradójicamente, condicionado, ni por los estereotipos del género ni por las leyes del mercado triple x. La productora de César Jones se llama Lpsexxx y omite cualquier rasgo narrativo o estético de obediencia debida a las tendencias. Su último largometraje, La zona cautiva (flamante producción y edición digital 2008), es un ejemplo irrefutable y la destilación de su estilo singular, que oscila entre los últimos vestigios del concepto nacional del término bizarro (la extrañeza en su máxima expresión) y el cine del recientemente fallecido Gerard Damiano, quien con su clásico Garganta profunda (1972) le puso sobrenombre al porno de autor y quien en César Jones y su nuevo chiche sexual tiene a su mejor alumno y su mejor homenaje póstumo, respectiva y respetuosamente. En La zona cautiva maneja un fetichismo de vanguardia y no hay casi diálogos (¡sentido común por fin!). Los cinco protagonistas se castigan ante cámara en una especie de antecámara del Purgatorio donde todo ritual cobra valor a partir de su poder de penetración. Carnal, por supuesto. Sobre gustos no hay nada escrito, pero mucho filmado. Y acá se desafía la ortodoxia de la matriz pornográfica considerando un error la ausencia de estímulos eróticos y una disfunción narrativa herida de muerte hacer apología de la lentitud. César Jones no está hecho a la medida del porno amateur. Sus aspiraciones son otras. En tiempos de sobrepoblación erógena en la red, su cine impone marca y distinción, acaso la única manera de saltear la rutina que ha lastimado la calidad del centenario mete-saca. Con esta película César Jones inventó una manera especialmente narcótica de pasar un fin de semana. El clima de concordia sexual y volatilidad que enlaza a sus personajes, atónitos y activos agonistas, marcianos de otro planeta, los lleva hacia un extático clima lynchiano de última (de)generación. El nuevo cine argentino no ha muerto.